- ¿Hola Carlitos? Habla Emilio, che
ayer cobre mi primer sueldo, la verdad que la división del trabajo social es
fantástica. Los quería invitar a vos y a Max unas hamburguesas mañana.
- Emilio, me da gracia tu optimismo,
y ya te dije: el social del trabajo va en otra parte. En fin, acepto.
-Perdón que se me hizo tarde, me
colgué charlando con una mina. Es increíble la reciprocidad de las acciones.
¿Qué pidieron? ….
- Me encanta venir a comer acá porque
es una muestra en miniatura de lo que esta pasando en el mundo, miren como
funciona cada pieza del personal. Son más autónomos y al mismo tiempo más
funcionales y dependientes de la sociedad, no hay dudas de que la división del
trabajo social es lo que genera este nuevo tipo de solidaridad en las
sociedades modernas. Entre nosotros, este tipo Spencer es un gil.
- ¿Y entonces? ¿A qué queres llegar?
- Y entonces nada, nosotros como
sociólogos tenemos que estudiar los fenómenos morales, son hechos sociales que
tienen sus propias leyes y que explican al individuo. Eso es, la sociedad
explica el individuo. La sociedad es la única fuerza que las personas reconocen
como superior y ante la que someten sus pasiones. Te decía que el nuevo
principio de solidaridad en las sociedades modernas es producto de la división
del trabajo social, fíjense que es moral porque produce solidaridad y cohesión.
La interdependencia de las personas no hay que verla en sus efectos económicos,
sino en los morales. He aquí un nuevo tipo de individuo por un nuevo tipo de
lazo social.
-Pero Emilio, ¿me hablas en serio?
Deja de volar y vente a tierra, hay que pensar los hombres en relación a sus
condiciones materiales de producción…
-(interrumpiendo) Bueno se ve que a
tu mundo le falta gente que fabrique Gillete, se te pego mostaza en esa barba
gigante.
- ¡Te hablo en serio! Los hombres
producen sus propios medios de vida y así sus condiciones materiales, lo que
las personas son depende de esas condiciones de producción. La vida, muchachos,
determina la conciencia. La producción es colectiva, lo que implica, como bien
vos decís, división del trabajo; pero el modo de producción actual impone la
separación de los medios de producción del productor. Así que voy a corregirte,
no es división del trabajo social, sino división social del trabajo. ¿Sí?
-Espera Max, dejame un rato más a mí.
Querido Carlos, ¿acaso no sos capaz de ver la potencialidad armónica de esta
sociedad producto del nuevo tipo de solidaridad? Es cierto, todavía no llego a
la perfección, pero tiene potencial.
- Pero que armonía ni armonía, si hay
división social del trabajo entonces hay conflicto entre el capital y el trabajo,
la fuerza de trabajo es mercancía…¡Emilio no hay armonía ni complementariedad
en el trabajo, hay explotación! Sociedad es orden social, la cohesión o lazo
social, querido, se da por desigualdad y sometimiento entre las clases
sociales.
- Bueno gordo no te chives, puede que
tengas razón, pero hay algo más. Déjenme hablar un rato a mi ahora. Voy a
partir desde otro lugar que el de ustedes, a ver a donde llegamos. Pensaría más
en el individuo para explicar la sociedad, tenemos que estudiar la acción social
para entender el sentido que los sujetos le dan a sus acciones y entonces ver
como se puede establecer una relación social duradera. La clave es comprender
que una acción social implica reciprocidad, actuar en función de los otros, si
eso se logra entonces tenemos una relación social. Más allá de cómo sea la
regularidad de esa relación, la legitimidad del orden puede darse en función de
la tradición, motivos afectivos, la creencia racional con arreglo a valores o
la legalidad.
-Uh, para llegar vas a estar tres
días hablando.
- Y bueno, pidan mas comida, total
invita Emilio. Les decía, lo que vos Emilio llamas lazo social entonces estará
dado por la permanencia en el tiempo de las relaciones sociales y, a su vez, la
permanencia de esas relaciones por la creencia en su legitimidad. Una cosa
estoy con vos Carlitos, el orden legítimo permite la dominación.
- Claro por los mecanismos
superestructurales que…
-Banca pebete, dejame seguir y
después arrancas vos. Si bien la legitimidad y los motivos de la acción son subjetivos,
surgen de “imágenes del mundo” con un fermento religioso. Digo, los actores
saben que es lo alentado y lo prohibido de la cultura en la que viven. Si las
creencias mueven acciones, es importantísimo para analizar la sociedad
comprender los componentes ideales que ayudan a formar un sistema objetivo.
Ustedes recién estaban hablando del trabajo, les muestro como se aplica mi
teoría. La organización capitalista moderna se basa en la racionalidad y el
cálculo, la rentabilidad es un objetivo continuo, la unidad básica del
capitalismo es la empresa que se orienta al beneficio en el mercado. ¿Qué es
una empresa señores?
- La unidad básica de explotación y
dirección del capital….
- Bueno si, pero en relación a lo que
venía sosteniendo, y espero que me hayan seguido en la coherencia argumentativa
porque me hierve el cerebro, la empresa es una asociación societal y, por lo
tanto, un tipo de relación social que se legitima por la creencia en la
racionalidad y el cálculo. Trabajar entonces más allá de las necesidades
materiales, Carlitos, y de las posibilidades de generar lazo social, Emilio,
también encuentra explicación en creencias que dan sentido a las acciones de
los sujetos.
-Me quede con la idea del fermento
religioso, estoy seguro que la religión es algo esencialmente social, las
representaciones religiosas son colectivas porque expresan realidades
colectivas.
- Sí, y ayudan a crear realidades
colectivas también. Fijate en relación al tema del trabajo, la moral calvinista
fue ideal para adaptarse y ayudar a formar el ethos del capitalismo porque ayudo a generar un tipo de
personalidad que permite el desarrollo del sistema, formando en el individuo la
predisposición al trabajo como medio de salvación.
-¿Cómo es eso?
-Bueno, en la moral calvinista es central
la idea de predestinación, Dios decide que le toca a uno como destino. Ahora,
lo que demuestra quien esta salvado se ve en función a la predisposición al
trabajo, lo que se busca es actuar para confirmar la idea de predestinación. Si
lo comparan por ejemplo de la idea católica de la salvación extraterrena, fuera
del mundo profano, donde el salvado es el que pertenece al espacio sagrado, se
entiende la relación entre la moral reformista y el ethos del capitalismo.
Ahora la salvación está acá, en este mundo, se confirma por el éxito que tenga
en mi profesión. No hace falta ningún sacerdote que me diga si estoy salvado o
no, lo puedo comprobar por mi mismo. ¡Imagínense ustedes la angustia
existencial!, la única solución es la compulsión al trabajo, ser exitoso es
confirmar la salvación. Esto, chicos, de a poco va provocando la
sistematización de la vida ascetica, no se da lugar a los placeres instantáneos
y esporádicos, el tiempo gastado en ellos lo pierdo en la verificación de mi
salvación. Así que ojo, porque el afán de enriquecerse es anti ético si se vive
en la indiferencia y el goce, lo ético para dios es que la profesión sea provechosa
para la comunidad y asegure la rentabilidad. ¿Ven como se conecta esto con el
tema de las “imágenes del mundo” a la hora de analizar las acciones sociales,
en este caso el trabajo?
-Esta bien, entonces compartirás
conmigo que las ideas dominantes son las de las clases dominantes. Alrededor de
la estructura de la sociedad, es decir, las relaciones de producción, se monta una
particular organización social. Como superestructura, un régimen político e
ideológico, con sus respectivas instituciones, que favorecen a las clases
dominantes. El sometimiento en las condiciones materiales tiene su correlato y
legitimación, como te gusta decir a vos, en el mundo de las ideas. Es sencillo,
las ideas, al desprenderse de la materialidad van a favorecer a las clases
dominantes. Este chiquito, Feuerbach, hizo bien en comprender que la religión
es producto de la materialidad. Lo que no entiende es que la única manera de
desprenderse de esa sensación de opresión que los mismos hombres se inventaron,
consiste en revolucionar las condiciones materiales. Lo que se necesita es una
crítica de las relaciones sociales, no de las ideas, el proceso de producción
domina al hombre, esto hay que invertirlo.
- Carlos, dejame disentir con vos en
algo, quizá después nos podamos poner de acuerdo. Yo no creo que bajo ningún
régimen de producción o sistema sea posible hacer desaparecer la esencia del
fenómeno religioso. ¿Sabes que pasa? Estando en grupo se da un estado de
efervescencia social que supera la conciencia individual. Las pasiones se
avivan, las sensaciones se fortalecen, el hombre se siente transformado y
transforma las cosas del mundo que lo rodea para explicarlo. Les da a las cosas
propiedades que no tienen, poderes excepcionales, adhiere al mundo profano un
mundo ideal que, en el fondo, sólo existe en su pensamiento. En este punto me
parece que estamos de acuerdo, pero pongo en serias dudas que algún tipo de
sistema sea capaz de impedirlo. Porque el peso de la sociedad se siente cuando
los individuos actúan en común, entonces la sociedad es la fuente originaria de
la religión. La formación de un ideal sagrado es el resultado natural de la
vida social, ella se crea y recrea por ese ideal. En este sentido, la sociedad
ideal es formada por la sociedad real, los ideales colectivos prenden fuerte en
las personas. Fijense una cosa, ¿Cuál es valor supremo que surge de la nueva
forma de cohesión social, la división del trabajo social? ¡El individuo entró
en el ámbito de lo sagrado! Insisto con poner en duda la posibilidad de
terminar de una vez y para siempre con el mundo sagrado, porque no
necesariamente tiene que remitir a un Dios o a algo sobrenatural.
-
Bueno Emilio, pero pensá en lo siguiente, y con esto creo poder sumar un
poroto en la discusión. En el capitalismo, los objetos se producen para
satisfacer necesidades tanto naturales como crecientemente sociales, ahora
bien, esos objetos adoptan la forma de mercancía, es decir tienen un valor de
uso y un valor de cambio. El eje puesto en el valor de cambio hace que los
hombres den a las mercancías atributos que en si mismas no poseen, provocando
que las relaciones entre las mercancías se humanicen y las relaciones entre los
hombres se cosifiquen. Esta idea de cosificación me la dio un amigo tuyo Max.
Naturalización del valor de cambio, humanización en la relación entre cosas,
eso se va sedimentando en otros ámbitos de la vida social. La conciencia se
cosifica y en consecuencia la religión como parte del mundo de las ideas
también entra dentro de estas observaciones. La única manera de terminar con el
fetichismo de la mercancía y entonces con el carácter fetiche de la religión,
repito, es revolucionando las condiciones materiales para desvanecer el reflejo
religioso del mundo real. Una última cosita, y acá estoy compartiendo con Max
en la idea de “imágenes del mundo”, la forma de religión más adecuada al
capitalismo es el cristianismo por su culto al hombre abstracto, a la ideas,
que soporta los dolores terrenales, es decir, los que surgen de las
desigualdades materiales. Así queda oculta la dominación de clases. Te digo
más, la crítica de la religión como realidad invertida es el modelo de crítica
a la realidad invertida que es el capitalismo.
(Max mira a Emilio esperando la
repuesta que, claro, va a dar)
-Amigo mío, quizá en el fondo pueda
compartir tus ideas, debería analizarlo más. Pero lo que no voy a dejar de
decir es que considero que no puede haber sociedad que no reafirme sus
creencias y sentimientos grupalmente, eso es algo que, te diría, es eterno en
la religión. Desde mi punto de vista, lo propio de la religión es la división
del mundo en sagrado y profano, las creencias religiosas son representaciones
que expresan la naturaleza de las cosas sagradas, las relaciones que tienen
entre sí y con las cosas del mundo profano. Cuando esas cosas sagradas
establecen el sistema de coordinación y subordinación constituyendo un todo
unitario, entonces dicho sistema de creencias, más los ritos, forman una
religión. Dije, las creencias son representaciones, los ritos son modos de
acción que se definen, por su puesto, en función de las creencias. En
definitiva, creencias y prácticas unen en una comunidad moral a sus adherentes.
La Iglesia entra también en definición de religión porque, vuelvo sobre lo
mismo, ella es algo esencialmente colectivo. Los ritos que en las Iglesias se
desarrollan no hacen más que exteriorizar simbólicamente los profundos
sentimientos del grupo, que, con esta manifestación, se reafirman.
- Debo reconocer tu insistencia con
los fenómenos morales, ahora hablas de comunidad moral. Creo Emilio que
nuestras posturas parten de epistemes distintas y quizá allí encontremos las
causas de porque no podrían articularse. Vos estas pensando siempre desde la
armonía, yo desde el desorden. Para vos es comunidad moral porque reafirma
valores, para mí la Iglesia es en todo caso la institución que materializa las
ideas dominantes de la religión.
- Comparto la idea de comunidad en la
definición de Iglesia. Pero formalmente lo planteo como un tipo particular de
relación social, donde el sentido de la acción tiene que ver con la pertenencia
a un todo, el sentimiento subjetivo de constituir ese todo. Diría que es una
relación social cerrada porque hay ordenamientos que rigen ciertas acciones,
los ordenamientos encuentran su racionalidad en arreglo a los valores. Pero algo más, hay un cuadro administrativo
que hace cumplir esas normas y por lo tanto estaríamos hablando de una
asociación; y como los miembros están sometidos por la creencia legitima en los
mandatos es una asociación de dominación. Y es además una asociación
hierocrática porque la asociación de
dominación aplica para la garantía de su orden la coacción psíquica. ¿Estamos?
- Uhhh pero que sesudo te pusiste
después de tanto tiempo de conversación. Muchachos fue una linda charla, creo
que podemos trabajar en profundizar nuestras diferencias o en buscar puntos en
contacto, porque la división del trabajo produce solidaridad (mira de reojo a
Carlitos, que gruñe)
- Y dale con eso. Hagamos lo que
hagamos, para otro día. Vamos a tomar una cerveza, esta vez invito yo.
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